En el prólogo de “Rebelión en la granja”, George Orwell escribía una frase digna de ser cincelada en el mármol: “si la libertad significa algo será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír”.

Cuando la leí por primera vez, pensé que tal frase podría ser un magnífico lema vital; y, siempre consideré siguiendo a Orwell que la misión de todo el que escribe no es halagar a nadie, sino desnudarse y más bien aguijonear al lector, incomodarlo, llegando incluso a molestar por escribir sobre cuestiones espinosas o sobre asuntos controvertidos. Hoy ya sé que esto es una empresa inútil y quimérica; y que, como todas las empresas inútiles y quiméricas, solo engendra a la postre melancolía. Esta melancolía se eleva exponencialmente cuando esa libertad, es manifestada en la redes sociales, pues al descubrir las ideas uno se convierte en blanco de los demás.

lunes, 19 de abril de 2021

La novela bizantina


La novela bizantina o de aventuras tiene como modelo fundamental la Odisea de Homero. Esta especie o tipo de novela se distingue por contener las siguientes características:

  • “In media res”. Se inicia la novela en la mitad de una acción que resulta decisiva en la trama y cuyas causas conocemos a posteriori.

  • Conlleva un despliegue innumerable de acontecimientos que van articulando la fábula, todos ellos muy accidentados de manera que los protagonistas sobreviven después de haber superado todas esas pruebas, y alcanzando como una purificación del personaje.

  • La geografía donde suele situarse este tipo de novela es en el mediterráneo. Un mediterráneo utópico.

  • Los protagonistas suelen ser amantes o enamorados que huyen de constantes peligros y con frecuencia sufren cautiverio, secuestro, raptos, amenazas.

  • La polionomasia. Los protagonistas se ven obligados a cambiar de nombre, o a usar varios nombres (no hablamos de sinonimia).

  • El reconocimiento entre dos o más personajes que se habían perdido de vista, que no se identifican en un primer momento. Personajes que se encuentran en un tiempo y un espacio muy diferentes al de su origen o al que se habían visto por última vez. Al reconocerse encuentra lazos emotivos familiares o de amistad que les vinculan (Ejemplo en el Quijote es la historia del Capitán cautivo que se encuentra con su hermano).

  • El fervor religioso. Es el caso de Zoraida en el Quijote. Este fervor más que una cuestión disciplinaria de culto religioso es un motivo estético o literario.

  • La falsa muerte de un protagonista. En el Persiles, a Auristela se le da por muerta.

En la obra de Cervantes muchas de estas características van a estar presentes definiendo rasgos intencionales.

Dice Riley que la diferencia de la novela bizantina o romance (como lo define la lengua inglesa, y como lo llama Riley), y la novela realista, es la misma que existe entre el Persiles y el Quijote. Riley parte de la idea de que de que las características de una se excluyen en la otra y viceversa. Eso, para Maestro no es así, ya que no hay novelas enteramente realistas, ni idealistas, ni de aventuras… No son conceptos contrarios. La aparición de la novela no supuso el final del romance, sino que la primera incorporó muchas de las características de la segunda, que Cervantes, como todo lo que toca, transforma en cualidades específicas del género literario. El Quijote es un auténtico crisol en el que caben y se elaboran nuevas especies o formatos del género narrativo novela, siendo muy decisivo su papel en estas transformaciones.

La diferencia esencial entre una novela como el Quijote y el romance es que este es una parte extensional de la novela. La novela es el género y el romance una especie de ese género. Y hay una cualidad que las distingue especialmente, casi podríamos decir que ontológicamente: el romance es una caricatura del héroe, de la épica, mientras que la novela es una dialética del héroe. La novela nace cuando se produce la inversión dialéctica de la épica, el héroe es sustituido por el antihéroe. Don Quijote y el Lazarillo reemplazan a héroes como Héctor y Aquiles, así la novela aparece cuando el héroe es destronado por el antihéroe. Con el romance, el protagonista sigue siendo el héroe, aunque pierde su autenticidad, es un héroe parodiado por las circunstancias, no tiene un público que admire su hazañas. Si consideramos el Persiles, su protagonista, Periandro, protagoniza hechos heroicos y hazañas extraordinarias que son discutidas por otros personajes, y el público ya no cree la autenticidad de esos hechos, porque ya los tiempos no están para engaños.

Cervantes, en el cuarto libro del Parnaso, hablaba de mostrar con propiedad el desatino, eso es lo que Aristóteles llamó la verosimilitud, tal y como se entendía en los siglos XV, XVI y XVII, cuando se suponía que el historiador decía la verdad y el poeta siempre mentía. El componente de la novela bizantina o de aventuras era una construcción literaria que adulteraba la realidad, porque se contaban hechos extraordinarios o sobrenaturales, circunstancia que rebasaba las competencias del ser humano. No es que fuera irracional, era racionalmente imposible, algo que no es operatorio, una ficción desbordante. Hechos que no pueden ser verdaderos pero que se presenta como si lo fueran.

Así las partes que determinan la novela bizantina son:

  • Fabulación sobrenatural, relatos extraordinarios que están por encima de las operaciones y posibilidades humanas

  • El personaje se presenta como un arquetipo lógico de formas de conducta. Esto es muy propio del mundo cervantino, pero también del mundo contemporáneo, que los personajes actúen como se espera de ellos, y lo que hacen se justifica a través de conclusiones lógicas. Un personaje plano, sin perfil psicológico, que justifica lo que hace con referencia a un orden moral trascendente; un orden moral que se caerá con el racionalismo barroco.

  • El protagonista está subordinado a la acción.

  • La acción emana de un orden moral trascendente. Hay una teleología en la ordenación de los hechos que protagoniza el personaje, Hay una providencia que dota al protagonista de una voluntad y una inteligencia para interpretar la acción en las condiciones que le interesan. El Lazarillo demuestra el grado de inteligencia, llevando los cuernos de antihéroe, para adaptarse a la realidad a la que se ve obligado para sobrevivir, porque no quiere o no puede desarrollar otro tipo de iniciativa. Esta adaptación es la que convierte al personaje en un ejemplo caricaturesco de la acción. Es un ejemplo que vale para el vulgo, pero no para las personas inteligentes. Persiles, un personaje de hechos heroicos que no tienen presencia en el mundo real, es un personaje ejemplar para los tontos que van con él, porque es un personaje que ridiculiza completamente el heroísmo.

  • Utiliza un lenguaje decoroso, noble, totalmente falso como los contenidos que también son irreales, fuera de todo espacio posible. El lenguaje está construido, en relación al personaje, mediante artificios arcaicos, engolados, un lenguaje que la gente no utiliza

Estas características se encuentran presentes en el Quijote. En el siglo XV y XVI, la novela moderna está en proceso de formación. En esto Cervantes juega un papel determinante. El Quijote principalmente y las novelas ejemplares la formalizaron definitivamente. La novela encuentra en la novela de aventuras una especie narrativa que explotar, sirviendo de material para un género mayor. Después de Cervantes poco puede cambiar la literatura en general y la novela en particular.


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