En el prólogo de “Rebelión en la granja”, George Orwell escribía una frase digna de ser cincelada en el mármol: “si la libertad significa algo será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír”.

Cuando la leí por primera vez, pensé que tal frase podría ser un magnífico lema vital; y, siempre consideré siguiendo a Orwell que la misión de todo el que escribe no es halagar a nadie, sino desnudarse y más bien aguijonear al lector, incomodarlo, llegando incluso a molestar por escribir sobre cuestiones espinosas o sobre asuntos controvertidos. Hoy ya sé que esto es una empresa inútil y quimérica; y que, como todas las empresas inútiles y quiméricas, solo engendra a la postre melancolía. Esta melancolía se eleva exponencialmente cuando esa libertad, es manifestada en la redes sociales, pues al descubrir las ideas uno se convierte en blanco de los demás.

domingo, 30 de marzo de 2014

Harugos: dos recetas de nuestra infancia


Harugos rebozados como los hacía Mama Rogelia

Ingredientes:
Habas tiernas con vaina
Tempura
Aceite de girasol

Aclaramos los términos:
Los harugos, término usado en algunos pueblos de La Alpujarra, son las habas jóvenes, muy tiernas que se comen con su vaina.
La tempura se hace con harina y agua. Es como una gacheta en la que, momentos antes de echarlos a la sarten, emborrizamos los harugos. El truco para que salgan bien es que el agua esté muy fría por lo que es conveniente tenerla un par de horas en el frigorífico,

Modo de hacerlo:
Los harugos se cuecen ligeramente en agua sal para que no estén muy blandos y se ponen en un chino que suelten el agua.
Se hace la tempura y se pone una sartén con abundande aceite.
Se van emborrizando los harugos con la tempura y friendo por tandas. Se pueden hacer con aceite de oliva pero están algo más pesados.



Harugos cocidos en ensalada a estilo de la Tata

Ingredientes:
Habas tiernas con vaina
Huevos cocidos
Cebolleta
Bacalao desmigao
Aceite de oliva

Preparación:
Se cuecen bien en agua con sal, se trocean y se dejan enfriar.
Se ponen en una fuente y se les añade los huevos cortados en trozos, la cebolleta picada, y el bacalao desmigado. Se aliña con aceite de oliva.


La tía Rogelia dice que también podemos comerlas en sobreusa, que es una salsa muy de nuestro pueblo parecida al ajoarriero, con almendras, ajo, pan frito y unas gotas de vinagre.

Otra variante, más sencilla y muy rica, es picarles solo cebolleta y aliñarlos con aceite y vinagre.

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