En el prólogo de “Rebelión en la granja”, George Orwell escribía una frase digna de ser cincelada en el mármol: “si la libertad significa algo será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír”.

Cuando la leí por primera vez, pensé que tal frase podría ser un magnífico lema vital; y, siempre consideré siguiendo a Orwell que la misión de todo el que escribe no es halagar a nadie, sino desnudarse y más bien aguijonear al lector, incomodarlo, llegando incluso a molestar por escribir sobre cuestiones espinosas o sobre asuntos controvertidos. Hoy ya sé que esto es una empresa inútil y quimérica; y que, como todas las empresas inútiles y quiméricas, solo engendra a la postre melancolía. Esta melancolía se eleva exponencialmente cuando esa libertad, es manifestada en la redes sociales, pues al descubrir las ideas uno se convierte en blanco de los demás.

jueves, 31 de julio de 2025

El verano de Cervantes

 


¡Cuántas cosas mías hay en Cervantes y en Muñoz Molina!

Cuando yo vivía inmerso en aquella realidad apenas me fijaba en ella. Me escapaba y me escondía en los libros y en las imaginaciones. Y sin embargo todo aquel mundo se estaba asentando en mí sin que me diera cuenta, a una profundidad a la que no llegaba la conciencia, y que por lo tanto el tiempo no gastaba. Yo creo que pasé muchos años, décadas enteras de mi vida, sin mirar bien a mi alrededor, siempre urgido por mis ensueños, mis ansiedades, mis obligaciones, las sombras bellas o temibles que yo confundía con presencias reales. No llegaba a ver bien ningún lugar donde estuviera, porque siempre quería estar en otra parte...(p.443)

Se refiere a la infancia, a la juventud, pero también a la primera madurez; a lo de prisa que pasamos por los años cuando no nos preocupan los años, al ansia de ser otro que de jóvenes tenemos. Pero también vemos ahí a la memoria, trabajando de forma autónoma, grabando caprichosamente esos momentos por los que pasamos sin reparar en muchas cosas, para utilizarlos a nuestro favor cuando las cosas se tuercen.

Después del tercer centenario es lo primero que leo sobre el Quijote y sobre Cervantes que no se apoye en publicaciones anteriores; después vendría el cuarto centenario y, en cuanto a la hipertextualidad, es más de lo mismo. Muñoz Molina, nos habla del Quijote basándose únicamente en una lectura reposada de verano, tan reposada que lee como Cortázar escribió Rayuela: dando saltos y sin ocuparse de orden alguno.

Muñoz Molina no es un crítico al uso: no juzga ideas, no habla de estilos, ni de tendencias, únicamente lee y reflexiona sobre lo leído y su relación con la vida, con su vida, con su pathos. No afirma nada, relata. (Esa es la diferencia que aprecio a favor de los filólogos: que cuentan sin tener que creerse sus mónadas, sus teorías, como lo hacen los filósofos. En contra tienen que se “mojan” poco y, para mí, sobre todo, que con demasiada frecuencia no explican lo que sugieren). Y es que a Muñoz Molina le ocurre con Cervantes aquello que Rosales sugirió en unos portentosos versos de Diario de una Resurrección: "Que hay amores que duran algo menos que un beso/ y besos que han durado algo más que una vida."

Muñoz Molina, en su lectura reposada de Cervantes, como hago yo ahora en la mía sobre Muñoz Molina, nos recuerda con sutiliza el peligro de los absolutos, nos habla con agudeza (tanta que he requerido de una segunda lectura en algunos párrafos), de la perspectiva de las cosas de la vida, de que lo que nos sucede es otra cosa para otro y sin embargo tan verdad como la nuestra, y pensar lo contrario, como apunta Irene Vallejo es “fabricar la ignorancia”. Nadie está exento de nada, ni siquiera de la locura: Casi todo el mundo ha tenido alguna vez convicciones o apasionamientos que lo han llevado a sostener una idea equivocada precisamente de las cosas que más le importaban, e incluso a actuar con insensatez o temeridad en una faceta particular de la vida, mientras que en todas las demás mantiene lo que parece una sólida cordura… (p.108)

O nos quiere llevar al desengaño, advirtiéndonos que el idealismo solo conduce al fracaso, como hace Sancho con su amo, al que defiende ante el Escudero del Bosque porque conoce la bondad que lleva dentro y que es, en realidad, lo que salva a don Quijote. Dice Sancho: no tiene nada de bellaco; antes, tiene un alma como un cántaro; no sabe hacer mal a nadie, sino bien a todos, ni tiene malicia alguna: un niño le hará entender que es de noche en la mitad del día...(II, 12)

Por eso digo que es una lectura filológica: mira al texto y nos dice lo que él siente, explicarlo es secundario. Y lo hace con una estética sencilla, intemporal, lúcida y, a veces, parenética. Lee como lo haría un joven de bachillerato que apostilla su lectura con la maestría de un erudito.

Paralelamente a esta sencilla lectura aparecen el la novela, sobre estos ensoñadores veranos del autor, una vorágine de datos culturales e históricos, así como otros datos minúsculos que son referencias de un conocimiento y una madurez que solo encontramos en los grandes autores. Pero, además, a Muñoz Molina no le basta que la literatura se mida con la literatura; le importa más que se mida con la vida, con su vida misma: en sus comentarios, constantemente, aparece el niño que fue, un niño que, quizás jugara poco, pero que escuchaba mucho y bien a una madre que sabía contar todo aquello que ocurría a su alrededor, o simplemente fabulaba con una emoción embaucadora; un niño que aprendió a leer tebeos o a ver las películas del Oeste con cierto criterio. Sobre estas experiencias nos dice (pág. 111): El héroe de las películas del Oeste que veíamos en los cines de verano era un caballero andante que cabalga siempre para derrotar a malvados, auxiliar a desvalidos, seducir castamente a mujeres hermosas, salir victorioso en combates en los que la rapidez y puntería de su revólver equivale a la destreza con la espada o la lanza de los caballeros antiguos.

Tampoco olvida Muñoz Molina lo que fue, ni lo que es: en un momento del texto (pág. 94) nos habla del autor y el lector, y nos dice que antes de comenzar ambos saben a qué atenerse: como Cervantes en su prólogo del Quijote está hablando de un lector inteligente, yo diría que, en las dos facetas, está hablando de sí mismo y del reflejo que en él y en ese momento está teniendo la omnipresente ironía del Quijote, que para nada tienen un orden preestablecido en su escritura, que todo es a venga lo que viniere. También, como una dualidad -de la que tanto gustan ambos-, podemos intuir que nos avisa sobre la conveniencia de distinguir entre el “yo” real y el ficcional del protagonista, como entre autor y obra.

Como granadino que soy tengo el defecto de los “peros”, por los que muchas veces me he visto trasquilado por la “tijera”, pero mi osadía supera con creces a mi prudencia. Así que, con todo el derecho a equivocarme, digo que encuentro algún anglicismo innecesario como cuando (pág. 35) define a don Quijote como performance artist para decirnos (o al menos así lo entiendo) algo de lo que habló Torrente con tanto tino en El Quijote como juego: que la locura es algo voluntario que Alonso Quijano usa para ser don Quijote; así, la obra, Quijote, y personaje, Quijano, se fusionan para ser una misma cosa en el tiempo que dura la locura. Hasta ese momento en el que el desengaño, algo que venía intuyendo ya nuestro héroe, se hace patente, cuando se ve molido por el golpe, tumbado en la arena de la playa de Barcelona, y ve acercarse la lanza del Caballero de la Blanca Luna a su celada, y oye un susurro, que por ella se desliza, diciéndole: vencidos sois caballero...

En la página 65, Muñoz Molina hace unas diferencias entre labrador, agricultor y campesino que creo son atinadas para Andalucía, pero no tanto para Cervantes y su uso en el Quijote, ni para otras regiones de España, o de América, donde se diluyen o confunden estas diferencias, tal como lo están en el Diccionario de la Lengua Española (RAE) o en el María Moliner, a los que he consultado. Dice Muñoz Molina: El labrador rico es una figura muy señalada en el exhaustivo repertorio social de Don Quijote de la Mancha. La palabra labrador ya indica propiedad, incluso opulencia, aunque no educación ni rango. Cervantes es siempre muy preciso en sus caracterizaciones de clase. Labrador no es sinónimo de agricultor, y menos aún de campesino. El campesino sin tierra es Sancho Panza, que no posee más bien que su burro, ni más dignidad que la de cristiano viejo, y que trabaja a jornal para otros.

En la página 203, dice: “En la aprobación impresa al principio de la novela, un texto administrativo que pudo haber escrito él mismo, se le describe de manera sumaria: era viejo, soldado, hidalgo y pobre. Que todavía siga llamándose soldado sugiere una emoción a la vez íntima y orgullosa. Cervantes era, efectivamente, hidalgo y viejo, y seguía siendo pobre a pesar del éxito del primer Don Quijote. Pero soldado había dejado de serlo justo cuarenta años atrás, cuando al ser hecho cautivo y llevado a Argel se le desbarató una carrera militar en la que ya había alcanzado veteranía y mérito suficientes para aspirar a un puesto de oficial, como el que tuvo su hermano Rodrigo.” De esta descripción que me recuerda otra que Machado hizo en su día de sí, en una silva escrita en Baeza -aquel “voy caminando solo, triste, cansado, pensativo y viejo”-. Del dibujo que hace de Cervantes, Muñoz Molina, no hay que olvidar el término “emoción”, para constatar que ser soldado puede ser vocacional, como lo puede ser maestro o médico, que un sentimiento no tiene límites, que Cervantes puede sentirse en el umbral de su muerte lo que quiera, y más, habiendo participado en la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, y venideros”, ocasión o afirmación cervantina que parece poner en duda Múñoz Molina, y que, sin embargo, relaciona acertadamente, con el desembarco de Normandía.

A lo largo de sus páginas nos habla de la relación que grandes autores han tenido con el Quijote: Mann, Melville, Salinger, Américo Castro, Ortega, Flauvert, Proust, Twain, Faulkner, Conrad, Steendhal … En uno de sus pasajes se refiere a los entusiastas (p. 213) y a los críticos del Quijote, y se olvida que la primera y más certera crítica fue hecha en el entorno de la Inquisición de su tiempo: fue el Avellaneda quien detectó todas las ideas vertidas por Cervantes en su Primera Parte, así como la implacable crítica que el alcalaíno hizo a la sociedad de su tiempo; crítica, que en su mayoría, vale para el nuestro.

Termino la lectura de El verano de Cervantes y de ordenar mis notas al mismo tiempo que termina julio, en pleno verano; veinte días después de recibir este hermoso regalo. Lo he alternado con Días de Reyes Magos, del que también he reunido algunos florilegios; también con La península de las casas vacías, que no sé si acabaré: le daré unas páginas más de cortesía, pero es que son tantos los que hay en cola, que sin remedio y a mi pesar tengo que elegir. Entre los proyectos que me esperan seguirán presentes, siempre lo estarán, Cervantes y el Quijote. El Quijote, el libro infinito como lo llamó Francisco Rico; el libro que, para mí, no se acaba nunca. El libro que nunca podré concluir, en el que como dice Múñoz Molina: En cada nueva lectura está contenida la riqueza armónica de todas las lecturas anteriores, su memoria activa e inconsciente. En el ahora mismo en el que siento con tanta agudeza la extrañeza de un tiempo que tal vez ya no es el mío, una mañana el pasado se vuelve presente y terrenal, no en el mismo lugar en el que entonces lo viví, sino en otro que descubrí mucho más tarde

Presiento que como para Muñoz Molina, que, como yo, recientemente, ha echado un huerto para volver a sus orígenes, mi vida fue hace mucho tiempo y es ahora mismo, conscientes ambos, como dice Cide Hamete, el filósofo mahomético, al final del gobierno de Sancho, que sola la vida humana corre a su fin ligera más que el tiempo, o más que el “viento”, como apunta Francisco Rico, en una de sus notas, que quiso decir Cervantes. En mi caso, coincidiendo con el ubetense, en que mi preferencia va por el termino cervantino de “tiempo”.



La cursiva hace referencia a textos tomados de:

Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha. Edición de Francisco Rico para Real Academía. Círculo de Lectores.

Muñoz Molina, Antonio. El verano de Cervantes. Seix Barral. 2025.

jueves, 19 de junio de 2025

Sobre la soberbia, por ejemplo

  Sé como predicar contra la soberbia, el vicio que mejor practico.

(Eso podría haberlo dicho Quevedo, o Unamuno, o cualquier otro cínico)

 

Sólo odiamos, lo mismo que sólo amamos, lo que en algo, y de una o de otra manera, se nos parece; lo absolutamente contrario o en absoluto diferente de nosotros no nos merece ni amor ni odio, sino indiferencia. Y es que, de ordinario, lo que aborrezco en otros aborrézcolo por sentirlo en mí mismo; y si me hiere aquella púa del prójimo, es porque esa misma púa me está hiriendo en mi interior. Es mi envidia, mi soberbia, mi petulancia, mi codicia, las que me hacen aborrecer la soberbia, la envidia, la petulancia, la codicia ajenas. Y así sucede que lo mismo que une el amor al amante y al amado, une también el odio al odiador y al odiado, y no los une ni menos fuerte ni menos duraderamente que aquél.

Así comienza un sabroso texto de Unamuno Sobre la soberbia (Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes que he leído en mi pc). Como me ha dado por los clásicos, sigo una referencia que me lleva a el Ejercicio de perfección y virtudes cristianas del padre Alonso Rodríguez (de 1616), al referirse a aquel evangélico pasaje "los que  se humillen será ensalzados" (Mateo, 23, 12). Choca la advertencia que nos hace: que si el humillarse va con el fin de ser ensalzado, entonces no vale, es la mayor y más refinada soberbia (complicado, ¿verdad?). Algo que, con otras palabras, siempre le repito medio en broma a un amigo excepcional que peca de modestia. También tengo a mano Del sentimiento trágico de la vida, donde la filosofía y la religión se contemplan desde el desasosiego que nace del ser humano (el mío, como ha ocurrido hoy, se eleva aritméticamente tras cinco horas de Corpus. Por cierto muy pocos altaricos, y la hierba cortada de hace días -apenas si olía-).

 

Situándose en otra perspectiva, Alonso Rodríguez, añade que San Ambrosio decía:

muchos tienen la apariencia de la humildad, pero no tienen la virtud de la humildad; muchos que parecen que exteriormente la buscan, interiormente la contradicen”.

Unamuno expone al respecto que la falta de sinceridad lo echa todo a perder, y añade sabiendo que puede escandalizar:

..no pocas veces la comisión de un acto pecaminoso nos purifica del deseo terrible de él, que no nos dejaba vivir, que nos estaba carcomiendo el corazón. ”

Esto lo habías oído antes ¿verdad? Pues lo dijo Unamuno que además de ser un lince en muchos aspectos, actuó y pensó siempre por sí. Tuvo grandeza.

Viene a decir que lo peor son los malos sentimientos contenidos; es mejor que la mala sangre estalle hacia fuera. Al menos avisa, y todos reconocemos como atinado eso de “perro ladrador…” Y, desde luego, no es lo mismo hacer el mal que ser malo. Con el instinto a veces lo distinguimos y es por eso que admiramos a ciertos pícaros, y por el contrario despreciamos a personas de conducta irreprochable. Aquí veo yo una clara diferencia entre la moral y la religión: la primera nos enseña ha hacer el bien, mientras la segunda persigue que seamos buenos, no sólo a hacer el bien, a pagar la bula para poder pecar. Pero es combatiendo como se aprende a amar; de la miseria surge la compasión, y de la compasión el amor. Desconfío del que no lucha, y presiento un mayor enemigo en el que se somete que en el que se resiste.

Son muchos los que creen que es un buen camino para llegar al Cielo romperle a un hereje la cabeza de un cristazo, esgrimiendo a guisa de maza un crucifijo. Después van y se confiesan de sus malas acciones pero nunca lo hacen de sus malos sentimientos. En este punto recuerdo la vida de Lope de Vega, uno de los grandes de la historia de la literatura, que tuvo una vida tan activa en lo personal como en su obra literaria: fue amigo de la Inquisición (colaboraba con trabajos para ella); en cuanto a su vida, ya ordenado sacerdote salia todas las noches y pecaba, sobre todo con mujeres, que era su mayor debilidad (dudo si hoy llegaría a la altura de Ábalos), pero, por la mañana se confesaba para que todo quedara arreglado.

"¡Espero que se queme en el infierno!" -oímos con frecuencia, hablando del prójimo que además suele ser próximo- ¿Lo deseamos de verdad? Si es así, supongo que tememos que la gloria sea pequeña para albergarnos a todos, y que cuantos más vayamos a ella, más pequeña será la parcela que nos toque a cada uno; se nos amargaría la eternidad si la compartiéramos con ese vecino molesto o con un hereje a quien en vida combatimos a sangre, fuego, y cristazos. Allí arriba, porque tiene que ser "arriba", lo que queremos todos es estar "como en el cielo".

La humildad rebuscada no es humildad, y lo más verdaderamente humilde en quien se crea superior a otros es confesarlo, y si por ello le tachan de soberbia, sobrellevarlo tranquilamente con elegancia. Todo lo rebuscado es malo, y lo es, por tanto, la humildad rebuscada, que, ya digo, no es sino soberbia.

Ciertas personas se tienen a sí mismos por genios cuando, a su alrededor, muchos les ven como majaderos. No es soberbia, es falsa soberbia -dice don Miguel que en paz descanse- y lo hacen -digo yo- con la esperanza de que a fuerza de mostrarse como tal, alguno llegue a creérselo, porque saben que lo difícil de los hombres es conocerse. Sin embargo cuando los hombres se enfrentan a sí mismo llegan a conocerse bastante bien, se juzgan con severidad, reconociendo sus propias faltas y si se les hiere al echarles sus defectos en cara, es porque ellos mismos se lo han echado antes, pero que, ante los demás, las justifican.

Pero la peor de las soberbias es la soberbia ociosa, que se limita a la propia contemplación y a repetir “¡Si yo quisiera!...”, “¡Con lo fácil que es...”! "¡Como yo me ponga!" Pero ni quieren, ni les parece fácil, ni se ponen, no hacen nada. La mala soberbia de que por no ver discutida, o aun negada, su superioridad, no la ponen a prueba. Y son estos los soberbios de verdad, los que se enfurecen de que se pongan en duda su virtud, los que se amedrentan ante la censura pública. Estos, sólo se decidirían a obrar si se les garantizase el éxito. Para "ese viaje no se necesitan alforjas".

Sin embargo presumimos de hacer algo, cuando la soberbia es activa puede llegar a ser virtud, desde luego es un valor, que es la etimología de virtud. La lucha purifica toda pasión. Así el acto mayor de humildad es obrar. Sí, no dejar que lo hagan otros, hacerlo nosotros. No se puede huir para encontrarse a sí mismo, muchas veces nuestro peor enemigo. Obrar, fracasar, y seguir obrando es el mayor acto de humildad, también de valentía.

Acabo como empecé, con Unamuno:

Muchas veces se ha fustigado, aunque nunca tanto como se merecen, a nuestras clases neutras, a los que se están en sus casas, so pretexto de que corremos malos tiempos para que los hombres honrados se den a la vida pública; pero no sé si al fustigarlos se ha visto que es soberbia lo que principalmente lo retiene en sus casas.

¡Qué actuales son estas palabras! 

En resumen: participemos, actuemos; si nos equivocamos, reconoscámoslo y volvamos a actuar. Esa es la menor de las soberbias. Sobre todo que no hagan, que no piensen por nosotros. El obrar es el mayor acto de humildad. También de valentía.

 

Del cinamomo al laurel, 80


miércoles, 18 de junio de 2025

Vila Praia Do Ancora a Caminha

 

DIA 4 DE JULIO. 6 Etapa. MALETAS EN EL AUTOBUS  

 


 

ETAPA LARGA 14 KM


ETAPA CORTA
rotondaN13 MOLEDO, RUA DE POMBAL AVENIDA DE SANTANA KM 6,2- 13.1 KM 7 KM LLANA

Durante la jornada pasaremos ante numerosas alminhas o capillitas a pie de calle, por lo general dentro de hornacinas, con imágenes y velas encendidas. Son una muestra de la profunda religiosidad popular que perdura en las zonas rurales de Portugal.

Vila Praia de Âncora Cruzamos la vía del tren por alguno de los pasos a nivel y llegamos ante la costa, junto al fuerte da Lagarteira. Seguimos todo el litoral, en paralelo a la vía del tren y a la costa, pasando por la capilla de Santo Isidoro, con un pequeño atrio. Al cabo de 1,8 km el camino cruza por un paso inferior bajo la vía del tren y entra en la localidad de Moledo.

Variante recomendada: En lugar de cruzar bajo la vía del tren tal como indican las flechas, os recomendamos seguir de frente, por la orilla del mar hacia la playa de Moledo, y cruzar la Mata do Camarido, precioso bosque de pinos declarado Parque Nacional (también es factible caminar por la misma arena de la playa), y llegar finalmente al estuario del río Miño y al paseo marítimo de Caminha. El rodeo supone apenas 1,1 km más de camino, y vale la pena.

 

Moledo 3,8 km

Los que crucen bajo la vía del tren deben seguir en paralelo por las aceras de la Avenida Santana hasta una gran rotonda. La cruzamos con sumo cuidado por los pasos de peatones y continuamos por un carril bici, siempre en paralelo a las vías del tren, que nos evita caminar por el arcén de una carretera secundaria los primeros 1,6 km de los 3,2 km totalmente anodinos hasta entrar en Caminha. Así llegamos a la plaza del Ayuntamiento, con la bonita Torre del Reloj y la puerta que da entrada al casco viejo de la villa.

Caminha. visitar su bonito casco histórico

Caminha

Moledo El tramo entre Moledo y Caminha es paralelo a una carretera y muy aburrido. La opción más recomendable sería desviarse siguiendo la orilla del mar y cruzar la Mata do Camarido, con una playa preciosa y un bosque de pinos declarado Parque Nacional, por el que llegaremos al estuario del río Miño. El rodeo supone apenas 1,1 km más de camino, y vale la pena.

Caminha

El camino pasa bajo la Torre do Relógio, por la única puerta que se conserva de la muralla medieval, muy cerca de la iglesia da Misericórdia, con portada renacentista y exuberante interior barroco. Otra visita obligada es la iglesia matriz de Nossa Senhora da Assunção, con elementos góticos y manuelinos, en cuya cabecera debemos buscar su famosa gárgola impúdica, muestra de la antigua enemistad entre Portugal y España.

Wikiloc: pela-corta-6ª-etapa vila Praia de ancora/-vila nova de cerreira. Autor M-Mundo 25,87 km. Terminar en Caminhas, unos 14 km.


CREO QUE EN ESTA ETAPA ES BUENO IR TODOS Y HACER LA MISMA RUTA, ES MUY LLANA Y HAY QUE LLEGAR A CAMINHA A COMER AL RESTAURANTE REMO EN CAMINHA. EMPEZAR EN PRAYA DE ANCORA

DESPUES DE COMER NOS VAMOS PARA HOTEL EXE SALAMANCA

DÍA 5 SALIMOS DE SALAMANCA , A LA HORA QUE NOS DIGA GUILLE , PARA QUE ESTEMOS EN EN EL RESTAURANTE APRISCO, EN PUERTO LÁPICE, SOBRE LAS 14 HORAS.

ESTRADA – VIANA DO CASTELO

 

  DIA 3 JULIO 5 Etapa

 


Empezar en ESTRADA ( N13)con la carretera M546 , al LADO DE LA CAPELA DE N. SI DOS REMEDIOS EN ESTRADA. RUTA LARGA 15 km y terminar en VIANA DO CASTELO ( CATEDRAL).

RUTA CORTA , desde LA Iglesia e Monasterio de Sao Romao Do Neiva en el km 12 hasta el km 16. 4 km hasta la igresa Matriz da Parroquia de Sao trago de ANHNA.

Antas


Enseguida llegamos al cruce con la carretera EN-13, que atravesamos con cuidado, y seguimos de frente por la estrecha Rua da Carvalha, entre casas y muros de piedra; ésta continúa por una pista de tierra en bajada que se introduce en el bosque.

Tras pasar una encrucijada con un gran monolito jacobeo en piedra, comienza a la izquierda un sendero estrecho y precioso que desciende hasta el cauce del río Neiva, junto al antiguo molino o azenha de Guilheta (ahora es una casa rural). El paso del río, por lo general bastante caudaloso, se realiza mediante una pontella o plataforma de losas de granito sin barandilla, como debía hacerse ya en épocas romanas y medievales.

1,2 Paso del río Neiva. Disfrutemos del lugar, que es precioso. Aunque parezca un paso un tanto inseguro, especialmente si ha llovido y estuviera resbaladizo, la anchura es suficiente. Sólo hay que agarrar fuerte el bastón, mirar al frente y cruzar sin miedo. Una vez al otro lado seguimos a mano derecha por pista empedrada, en fuerte subida, pasando entre las casas del barrio de Rua da Cima, hasta llegar a la Capilla de N. S. de Guadalupe, con césped alrededor. Justo enfrente se encuentra el albergue municipal de peregrinos Dom Nausti.

Seguimos a la derecha hasta el cruce con la carretera EN-13-3; aquí arranca la Travessa de Santiago, atajo adoquinado en fuerte subida que nos conducirá hasta la iglesia de São Tiago.

1,7 Iglesia de São Tiago de Castelo do Neiva. En la iglesia tenemos un sello muy bonito, que reproduce la inscripción del año 862, cuando esta iglesia fue consagrada y dedicada a Santiago; se trata de la referencia al apóstol más antigua en Portugal y una de las primeras en toda la península. La lápida original la podemos ver en una pared interior, cerca de la entrada, medio escondida tras las figuras de un retablo. Al lado de la iglesia hay unos aseos públicos, modernos y muy limpios, que podemos utilizar libremente.

8,7Castelo do Neiva

4,6 km

Nuestra ruta continúa en dirección a la zona del aparcamiento de vehículos; una vez en éste, giramos a la derecha y tomamos un camino de tierra que arranca en fuerte subida, bordeando el cementerio; aquí comienza otro tramo muy bello por el bosque, en el que se suceden senderos de tierra con algunas subidas empedradas. Pasamos por las casas del barrio de Monte, perteneciente a la parroquia de Neiva, y volvemos a internarnos en el bosque hasta desembocar en la iglesia barroca del monasterio de São Romão de Neiva.

3,2 São Romão de Neiva. Pasamos ante la iglesia y su cementerio y continuamos por la calle que sale a la izquierda, en ligera subida. En sólo unos minutos entramos en el pueblo de Chafé.

1,4 Chafé.

13,3Chafé

2,3 km

Al llegar al cementerio giramos a la izquierda; vamos siguiendo un rosario de calles empedradas hasta entrar en la freguesía (parroquia) de Vila Nova de Anha. Llegamos ante la iglesia parroquial de São Tiago y, frente a ella, hay una pequeña capilla neoclásica, donde podemos sellar la credencial.

15,6Anha

2,7 km

Tras cruzar la localidad salimos por una carreterita asfaltada entre campos y bosque, que nos deja en un polígono industrial sin finalizar; tras un tramo por camino de arena en bajada llegamos a Darque, con viviendas y servicios a pie de carretera, que es la antesala de Viana do Castelo.

18,3Darque

2,5 km

Avanzamos por la acera de la carretera N-13 hasta una rotonda, tras la cual seguimos de frente para enfilar el gran puente Eiffel sobre el río Lima, que tiene dos niveles: el tablero superior para automóviles y peatones, y el inferior para los ferrocarriles. Una vez al otro lado del río podemos seguir hacia la izquierda, en dirección al centro histórico de Viana do Castelo, o buscar alojamiento.

Llegamos a la céntrica Praça da República, donde daremos por acabado el recorrido de la etapa, si bien aquí comenzaría nuestra visita por el casco antiguo de la ciudad.

Viana do Castelo

Wikiloc: Marinhas- viana Do Castelo. Camino Santiago Portugués Costa autor losK2delasKumbres 20,95 km



martes, 17 de junio de 2025

Etapa CABO DE SANTO ANDRÉ-ESPOSENDE

 DIA 2 DEJULIO. 4 Etapa

 


 

Empezar en CABO DE SANTO ANDRÉ , en la capela de santo André , en la avenida de Santo André, el km 9, hasta ESPOSENDE 15 KM ( ETAPA LARGA) DONDE NOS ESPERÁ EL AUTOBUS PARA TOMAR UNA CERVEZA Y LLEVARNOS AL HOTEL AXIS VIANA DO CASTELO, que estaremos el 1-2-3 de julio , COMEREMOS Y DORMIREMOS ESOS TRES DIAS,

ETAPA CORTA, se puede empezar en LA IGLESIA DE APULIA 7 km llana hasta ESPOSENDE.

Wikiloc Camino portugués de la Costa: Etapa 2- Vila Do Conde-Marinhas autor daniarkansas 28,41 km

A Ver-o-Mar


3,6 km El paseo de la costa pasa ahora a denominarse Avenida dos Pescadores. Al final de la playa do Fragosinho una flecha nos propone girar a la izquierda para seguir ahora por pasarelas de madera sobre la arena.

En la Praia de Santo André abre en temporada un chiringuito muy jacobeo, el Caminho Beach Bar, con vieiras en el exterior y carteles que indican las distancias a Santiago, a Póvoa y a Porto (recordemos que bastantes peregrinos utilizan este camino en sentido contrario, pues la orientación con el mar al lado resulta muy fácil).

Más adelante, ya en la freguesía (parroquia) de Aguçadoura, llegamos a una plaza con un crucero en el centro.

7,1Aguçadoura

6,9 km

Un nuevo tramo de pasarelas de madera nos acerca al cuerpo cilíndrico de un antiguo molino de viento; al cabo de 1 km llegamos ante el campo de fútbol del Aguçadoura Fútebol Clube.

 

[Nota junio 2024: Este tramo ha sido modificado; ahora evita la carretera M-501 y avanza por las pasarelas más cerca del mar].

6,9 Apúlia, iglesia.

14,0Apúlia

3,7 km

Pasamos frente a la iglesia y recorremos las calles del centro del pueblo. Salimos por un camino adoquinado que al cabo de 800 metros nos lleva hasta una carreterita; torcemos a la izquierda y, a 30 metros, por la derecha, comienza uno de los tramos más agradables de la jornada: durante 1,5 km seguiremos un camino de tierra, a la sombra de los pinos y algunos eucaliptos, que nos conduce hacia la villa de Fão.

Después de superar el campo de fútbol (con éste ya son cuatro los campos de fútbol que hemos encontrado en la etapa de hoy), giramos a la derecha por la Rua Santo Antonio da Fonte; una vez frente al cementerio, giramos a la izquierda, pasamos ante una escultura coloreada de San Antonio y seguimos la acera de la carretera N-13; la cruzamos por un paso de cebra y llegamos a la iglesia do Bom Jesús.

Nota: En este punto, a la entrada de Fão, se incorpora al Camino de la Costa un ramal de enlace que proviene de São Pedro de Rates, localidad que se halla al pie del Camino Portugués Central (sería en la etapa 17 de nuestra guía-web de dicho camino). Este ramal de enlace, de unos 15 km, sale desde la iglesia de Rates y está marcado con pictogramas del Camino de la Costa hasta la entrada a Fão. Los más puristas defienden que el trazado originario del Camino de la Costa pasaba por São Pedro de Rates, cruzaba el río Cávado por un lugar conocido como Barca do Lago, seguía después por Esposende y continuaba hacia Viana do Castelo y Galicia; por lo visto, dicho recorrido ya existía antes del siglo XII, mientras que el paso por Vila do Conde no está documentado hasta el siglo XIV. A efectos prácticos, lo más probable es que ni siquiera nos percatemos de la incorporación de dicho ramal, salvo que coincidamos con algún peregrino que venga de allí, huyendo del Camino Portugués Central.

17,7Fão

2,5 km

Avanzamos por la alameda de la iglesia-santuario do Bom Jesus, donde también hay un quiosco de música. Justo a la derecha, a orillas del río, se halla el albergue-Pousada de Juventude. Después de atravesar el casco antiguo de la villa llegamos frente al río Cávado, que cruzaremos por el puente metálico de la carretera N-13, conocido como puente de D. Luís Filipe y que data del año 1892; aquí el paso de los peatones discurre por pasarelas laterales, separadas del tránsito de vehículos.

Nada más cruzar el puente giramos a la izquierda por un vial de servicio en desuso. En breve llegaremos a una rotonda, y tras superarla toca cruzar la avenida y enfilar una bocacalle empedrada que desemboca en la Rua Narciso Ferreira. Pasamos junto al cementerio y siguiendo de frente accedemos al centro de la villa de Esposende, población que es cabeza de municipio y dispone de una amplia oferta de servicios.

Nota: Desde la rotonda, si alguien prefiere evitar el meollo del casco urbano de Esposende, se puede seguir el paseo litoral, que va bordeando el estuario del río.

20,2Esposende

4,3 km

Desde el centro de Esposende seguimos de frente por la Avenida Doutor Henrique Barros Lima hasta llegar ante el Hospital Valentim Ribeiro, en un elegante edificio histórico, donde giraremos a la izquierda por la Avenida Rocha Gonçalves para volver ante el estuario del río Cávado.

1 julio. Esta etapa parece la misma de ayer ???

Empezaremos en CABO DO MUNDO ( pasada la refinería) . salida de la carretera A28-10- Perafita- R. Occidental – Cabo do Mundo, allí empezaremos a andar en km 24 hasta VILA DO CONDE , en la iglesia y Monasterio de Santa Clara 16 km ( ETAPA LARGA)

RUTA CORTA : empezar en la PLAYA DE VILA CHA O EN EL PARQUE DE CAMPISMO DE VILA CHA hasta VILA DO CONDE 7 KM, llana. También si quereis podemos empezar todos en CABO DO MUNDO Y LUEGO LOS QUE QUIERAN SE PUEDEN SUBIR UNOS 7 KM. O SEGUIR HASTA EL FINAL ES MUY LLANA. EL AUTOBUS NOS ESPERARA, MANDANDONOS LA UBICACIÓN Y LUEGO NOS LLEVARÁ AL HOTEL AXIS VIANA DO CASTELO DONDE ESTAREMOS EL 1-2-3 DE JULIO

Aldeia Nova (Perafita)

6,2 km A la altura del campo de fútbol de Aldeia Nova comienza un carril bici, si bien los que van a pie pueden seguir por las pasarelas; volveremos durante unos metros al paseo en la playa do Paraíso, con casas y bloques de apartamentos.

1,7 Obelisco da Memória. El monumento recuerda el lugar donde en 1832 desembarcaron las tropas del ejército liberal para poner fin al régimen absolutista de Miguel I de Bragança. Seguimos nuestro recorrido por las playas de Quebrada, Agudela y Pedras do Corgo, para llegar a la localidad de Praia de Angeiras.

4,5 Praia de Angeiras (Lavra). Pueblo con restaurantes y bares a pie de playa; sobre la arena hay barcas, así como redes y todo tipo de enseres para la pesca. Los que decidan acabar aquí la jornada disponen del camping Orbitur a 400 metros hacia el interior, que ofrece alojamiento en bungalows a los peregrinos.

22,8

Praia de Angeiras (Lavra) 0,8 km

Seguimos hasta el final del paseo marítimo, donde una nueva pasarela nos conduce hasta un bonito puente de madera sobre la desembocadura del río Onda. Aquí dejamos la freguesía o parroquia de Lavra (perteneciente al municipio de Matosinhos) y entramos en la freguesía de Labruge (perteneciente al municipio de Vila do Conde).

Praia de Labruge. Llegamos a un par de lounge-bar a pie de playa, y a 250 metros hacia el interior tenemos un restaurante más convencional. Quienes decidan prolongar la etapa deberán seguir por el litoral, sin necesidad de desviarse hacia el pueblo de Labruge.

Labruge

0,9 km Los que vengan por la costa y prosigan hacia Vila do Conde no tienen por qué entrar en la localidad de Labruge.



0,9Praia de Labruge

2,5 km

El camino sigue por pasarelas de madera entre playas, montículos rocosos y zonas de dunas, en un tramo con paisajes muy bonitos. Una de las primeras playas es la de Sampaio, donde se descubrió un castro de la Edad del Hierro. Enseguida llegamos a las casas de pescadores de Vila Chã, originales y multicolores; en una plaza junto a la playa vemos una original capillita vidriada con una imagen de la Senhora da Guia en su interior.

3,4Vila Chã

1,1 km

Atravesamos la localidad, que dispone de un par de cafés, restaurantes y algunas tiendas; también tenemos un camping y un albergue municipal de peregrinos (a apenas 300 metros del camino; hay cartelitos para llegar). Enseguida, por la Avenida Marginal, entramos en el barrio de Louçá.

4,5Louçá-Mindelo

6,2 km

Alternamos varios barrios de casas y bloques de apartamentos con tramos de pasarelas. Así llegamos a la playa de Mindelo, donde las pasarelas nos conducen por detrás de las dunas. Seguimos de frente, bordeando la Reserva Ornitológica de Mindelo.

Tras los bloques de apartamentos de la playa de Árvore, ya con la vista de Vila do Conde al fondo, volvemos a las pasarelas. Seguimos por la playa en paralelo a la valla del camping de Árvore; justo al final del camping enfilamos hacia el interior, pasando junto a un bloque de apartamentos donde vemos la Azurara Surf School (con rótulos del camino). Tomamos a la izquierda por una acera de hormigón pintada de amarillo, al lado de un carril con listones de madera, hasta que una flecha nos desvía a la derecha por una pista de adoquines; cruzamos un puentecito sobre una ría y tomamos la Rua Francisco Gonçalves Monteiró a la izquierda, hasta desembocar en una carreterita (Rua da Junqueira) que nos deja en Azurara. Aquí este recorrido confluye con el “trazado histórico” que viene desde Padrão da Légua y el aeropuerto (variante que hemos explicado en la pestaña Recorrido de la etapa 1).

Al llegar a la carretera N13 giramos a la izquierda y por la misma acera cruzamos el puente sobre el río Ave. Al otro lado vemos la enorme mole del convento de Santa Clara. Tras cruzar el puente entramos en Vila do Conde; aquí debemos estar atentos, pues el camino sigue a mano izquierda, en paralelo al río, hasta llegar a la Praça da República.

Desde la Praça da República las flechas nos dirigen hacia el casco antiguo de la villa, a lo largo de la Rua do Lidador hasta los Paços do Conselho (Ayuntamiento) y frente a éste la iglesia matriz, con una bonita portada de estilo manuelino. Podemos sellar la credencial en las oficinas de turismo, en las dependencias del Conselho (Ayuntamiento) o, por supuesto, en el albergue de peregrinos (abre a las 14:00).



Nota: Aquellos que lo deseen, en lugar de ir por el centro de Vila do Conde, tienen la opción de bordear la orilla del río, pasando ante la réplica de una carabela anclada en el muelle, y después continuar hacia el fuerte de São João Baptista.

10,7

Vila do Conde

3,3 km

Nuestra ruta continúa en subida por la estrecha Rua da Igreja y tuerce a la derecha por la Rua da Costa, callejeando hasta la Rua dos Benguiados, por la que llegamos a una rotonda donde hay un estanque y una escultura con dos figuras de bronce, encaramadas a dos pirámides puntiagudas.

Seguimos recto por la misma Rua dos Benguiados, a lo largo de la valla de un instituto y una escuela, y continuamos por la Rua da Estrada Velha y Rua das Violetas, pasando junto al cementerio das Caxinas. A lo largo de la Rua dos Ferreiros accedemos al municipio de Póvoa de Varzim, ciudad importante y con todos los servicios. Seguimos de frente hacia la Praça do Almada.

Estamos en el centro de la villa Povoa de Varzim, donde tenemos el ayuntamiento, un pelourinho y, muy cerca, la estación de metro (final de la línea B-roja que comunica con Porto). En las inmediaciones se hallan la oficina de información turística, el mercado y las calles más comerciales, entre las que destaca la peatonal Rua da Junqueira, por la cual prosigue el trazado del camino.