En el prólogo de “Rebelión en la granja”, George Orwell escribía una frase digna de ser cincelada en el mármol: “si la libertad significa algo será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír”.

Cuando la leí por primera vez, pensé que tal frase podría ser un magnífico lema vital; y, siempre consideré siguiendo a Orwell que la misión de todo el que escribe no es halagar a nadie, sino desnudarse y más bien aguijonear al lector, incomodarlo, llegando incluso a molestar por escribir sobre cuestiones espinosas o sobre asuntos controvertidos. Hoy ya sé que esto es una empresa inútil y quimérica; y que, como todas las empresas inútiles y quiméricas, solo engendra a la postre melancolía. Esta melancolía se eleva exponencialmente cuando esa libertad, es manifestada en la redes sociales, pues al descubrir las ideas uno se convierte en blanco de los demás.

domingo, 27 de diciembre de 2020

España. Poemas del Alma de Jorge Luís Borges


Todas las cosas son palabras del

idioma en que Alguien o Algo, noche y día,

escribe esa infinita algarabía

que es la historia del mundo. En su tropel


Borges, no necesita presentación. Digo esto, no en contra del autor argentino, sino a favor, por lo conocido que es en el mundo entero. La obra de Borges, que he trabajado ya en algunas veces por cuestiones colaterales de la que hay reseñas en este blog (el “Pierre Menard, autor del Quijote”, por la obra de Cervantes; o los sonetos a Spinoza, por el materialismo filosófico), es con frecuencia una declaración autobiográfica o una glosa a la realidad de la literatura. Su obra poética en general, y más concretamente su poesía no son realidades de la vida argentina, ni española, ni de ningún otro lugar, sino realidades de su ficción o realidades de su ficción histórica. Su obra poética, hecha tipo versículos a modo de Aleixandre, es, en la mayoría de los casos, un despliegue de reseñas autobiográficas muy cínicas referidas a las realidades de la literatura.

He sostenido en otras ocasiones que la poesía es una filosofía en verso, y que hay filosofías muy potentes que presentan un sistema racional de ideas, y que también las hay con una función terapéutica dirigidas a los estados emocionales, que podría recibir, en lugar de filosofía, cualquier otro nombre, por su escasa consistencia o elevado idealismo.

La poesía de Borges carece de una filosofía consistente, como la hay en La Divina Comedia de Dante, como la hay en la poesía española del siglo de oro, incluida la mística de San Juan de la Cruz o Santa Teresa, que está respaldada por la escolástica, la filosofía más potente del siglo XIII y XIV, que abriría más tarde las puertas al Renacimiento. Tampoco tiene esa filosofía esencial de una actitud personal del hombre ante el mundo, ante las personas, ante la vida, ante el amor, como podemos encontrar en Machado o Hernández, una filosofía reflejada en sus poesía en tres ideas fundamentales: la vivencia del presente como el tiempo esencial para alcanzar la felicidad, un profundo amor a la naturaleza y al hombre, y la sencillez de espíritu. La poesía de Borges está basada en ocurrencias ficcionales de la literatura; interpretando muy a su manera las filosofías de otros autores, en las que mezcla referencias de forma más o menos colorista, con el resultado de una conflagración retórica de expresiones formales apropiadas para los que buscan un autor de referencia en una frase ingeniosa. Tengo la impresión de que Borges reemplazó la vida por la literatura, el mundo por la biblioteca, y es verdad que en las bibliotecas se viven muchas vidas y muy interesantes, pero no son vidas reales. Así, si toda poesía cabalga sobre la ficción, la poesía de Borges es metaficción (ficción de la ficción), que queda reducida a un formalismo retórico y a una filosofía ocurrente, a una filología ingeniosa, como gran parte de los poetas, pero elevado a la máxima potencia, podríamos añadir.

Intentemos ver qué dice este poema de Borges, titulado España. Es un poema que para entenderlo no exige una especial formación literaria, ni filosófica, ni de ningún otra índole, únicamente hemos de recrearnos en las palabras, y conocer la historia de Hispanoamérica (como dijo Antonio Múñoz, el principal enemigo de Hispanoamérica es Latinoaméica, término que acuñaron los franceses para diluir la presencia española en Hispanoámerica).

España

Más allá de los símbolos,
más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios,
más allá de la aberración del gramático
que ve en la historia del hidalgo
que soñaba ser don Quijote y al fin lo fue,
no una amistad y una alegría
sino un herbario de arcaísmos y un refranero,
estás, España silenciosa, en nosotros.
España del bisonte, que moriría
por el hierro o el rifle,
en las praderas del ocaso, en Montana,
España donde Ulises descendió a la Casa de Hades,
España del íbero, del celta, del cartaginés, y de Roma,
España de los duros visigodos,
de estirpe escandinava,
que deletrearon y olvidaron la escritura de Ulfilas,
pastor de pueblos,
España del Islam, de la cábala
y de la Noche Oscura del Alma,
España de los inquisidores,
que padecieron el destino de ser verdugos
y hubieran podido ser mártires,
España de la larga aventura
que descifró los mares y redujo crueles imperios
y que prosigue aquí, en Buenos Aires,
en este atardecer del mes de julio de 1964,
España de la otra guitarra, la desgarrada,
no la humilde, la nuestra,
España de los patios,
España de la piedra piadosa de catedrales y santuarios,
España de la hombría de bien y de la caudalosa amistad,
España del inútil coraje,
podemos profesar otros amores,
podemos olvidarte
como olvidamos nuestro propio pasado,
porque inseparablemente estás en nosotros,
en los íntimos hábitos de la sangre,
en los Acevedo y los Suárez de mi linaje,
España,
madre de ríos y de espadas y de multiplicadas generaciones,
incesante y fatal.

El poema, tremendamente idealista, plantea una exigencia absoluta de España, sin tener en cuenta que los países están en permanente construcción. Borges sitúa a España fuera de la realidad y la lleva al seno de la literatura: “España donde Ulises descendió a la Casa de Hades”. En La Odissea, en el Hades es donde Ulises se encuentra con su madre, y ese descenso, geográficamente, Borges lo sitúa en España, lo que es una licencia poética que confirma lo dicho de Borges y su poesía, basada en las realidades de la literatura, no en la realidad española, en este caso. Borges habla de literatura y la realidad de la literatura nada tiene que ver con a realidad de España.

España del bisonte, que moriría por el hierro o el rifle, en las praderas del ocaso, en Montana...” Se refiere a la España que llegó a la geografía que hoy es de los EEUU, una realidad bastante desconocida de la historia de España, o como dice más adelante, “ como olvidamos nuestro propio pasado”, como queriendo decir que la historia desaparece. Pero no. Vayamos verso a verso:

Más allá de los símbolos”. De los símbolos que políticamente han identificado a España a través de la historia; es como decir: más allá de las apariencias, más allá de los accidentes, de lo que cambia, refiriéndose a España como una sustancia universal, absoluta. Un idealismo con implicaciones en la realidad histórica.

...más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios,”. Dejémonos de celebraciones. Sigue: “más allá de la aberración del gramático que ve en la historia del hidalgo que soñaba ser don Quijote y al fin lo fue”, con un idealismo desmedido, despreciando los conocimientos científicos del lenguaje o de la literatura. Borges, brillante siempre con la palabra, no se enteró de la realidad del mundo, no vivía en el mundo, vivía en la biblioteca.

...estás, España silenciosa, en nosotros”. Nótese dónde está la coma: España silenciosa, está en nosotros… somos españoles, todos. Y nos podemos disfrazar de otra cosa, pero al cabo somos españoles disfrazados de nuestra escusa, de nuestro sueño o de nuestra locura; para lo bueno o para lo malo. Acaba la estrofa con el “Estás”, tan claro en nuestra lengua, que en otras no son capaces de distinguir del “ser”, para afirmar que España está de forma permanente en nosotros.

A partir de aquí se inicia una retrospectiva, histórica, con la enumeración de todos los pueblos que nos han forjado; geográficamente, desde Montana hasta Buenos Aires -prácticamente toda América-; mítica, al invocar la Odissea. Una mezcolanza de aspectos reales y ficticios saltando de la historia a la literatura. Sigue con la relación de los pueblos que hemos sido, para acabar con una invocación a la litertura mística, “ ...de la Noche Oscura del Alma

España de los inquisidores, que padecieron el destino de ser verdugos y hubieran podido ser mártires...” Con una referencia a la Inquisición. No con una imagen trágica, sino lúdica. Parece decir que se vieron obligados a ser verdugos, cuando pudieron tener la grandeza de los mártires. Esta idea la desarrolló Borges en otros poemas. Veamos uno de ellos, El inquisidor:

Pude haber sido un mártir. Fui un verdugo.

Purifiqué las almas con el fuego.

Para salvar la mía, busqué el ruego,

el cilicio, las lágrimas y el yugo.

En los autos de fe vi lo que había

sentenciado mi lengua. Las piadosas

hogueras y las carnes dolorosas,

el hedor, el clamor y la agonía.

He muerto. He olvidado a los que gimen,

pero sé que este vil remordimiento

es un crimen que sumo al otro crimen

y que a los dos ha de arrastrar el viento

del tiempo, que es más largo que el pecado

y que la contrición. Los he gastado.

Un monólogo lleno de sufrimiento por haber sido inquisidor. Una declaración lírica a modo de ocurrencias que parecen criticar toda filosofía racional. Seguimos con España.

España de la larga aventura que descifró los mares...” Una cita clarísima con la España de los conquistadores, una España que puso a funcionar todo un continente, que organizó la vida política y social del continente durante siglos, con la epopeya de Magallanes y Elcano que fueron los primeros que dieron la vuelta al mundo, y pusieron en los mapas lugares antes ignorados. Algo que la política de hoy día en la misma España ignora.

...y redujo crueles imperios Dando un paso en contra de la leyenda negra. No dice que impusiera crueles imperios, sino que redujo imperios que allí había, como el azteca o el inca, donde existía la servidumbre por el temor a ser sacrificado.

...y que prosigue aquí, en Buenos Aires, en este atardecer del mes de julio de 1964”. Una cita con la poesía de la experiencia, descendiendo de lo universal a lo más particular.

España de la otra guitarra, la desgarrada, no la humilde, la nuestra, España de los patios, España de la piedra piadosa de catedrales y santuarios...” Y ahora de nuevo, de repente, vuelve a ascender a lo universal

España del inútil coraje...” Este verso me recuerda otro de Cervantes en el soneto Al túmulo de Felipe II, aquel que decía:fuese y no hubo nada”. También fue inútil el reinado de Felipe II, para los que estuvieron cautivos en Argel.

...podemos profesar otros amores, podemos olvidarte como olvidamos nuestro propio pasado”. Parece hablar de ahora mismo, que la mayoría de los españoles desconocen la historia de nuestro propio país, que se declaran lo que no son, que intentan tomar roles de otros lugares.

...porque inseparablemente estás en nosotros, en los íntimos hábitos de la sangre”. Es decir, hagamos lo que hagamos estás en nosotros, somos lo que somos.

Y “Españacomo única palabra del verso, que me recuerda otro poema, en este caso de Hernández, “Madre España, resaltando que eso es lo importante, y al que le siguemadre de ríos y de espadas y de multiplicadas generaciones, incesante y fatal.” Declarando como, Miguel Hernández, que cuando todo haya desaparecido, España seguirá en pié, simplemente porque es imposible hacer desaparecer toda la historia de España.

 

Ref: Basado en la Crítica de la Razón Literaria del Materialismo Filosófico de Gustavo Bueno; Mooc uvigo.

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