En el prólogo de “Rebelión en la granja”, George Orwell escribía una frase digna de ser cincelada en el mármol: “si la libertad significa algo será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír”.

Cuando la leí por primera vez, pensé que tal frase podría ser un magnífico lema vital; y, siempre consideré siguiendo a Orwell que la misión de todo el que escribe no es halagar a nadie, sino desnudarse y más bien aguijonear al lector, incomodarlo, llegando incluso a molestar por escribir sobre cuestiones espinosas o sobre asuntos controvertidos. Hoy ya sé que esto es una empresa inútil y quimérica; y que, como todas las empresas inútiles y quiméricas, solo engendra a la postre melancolía. Esta melancolía se eleva exponencialmente cuando esa libertad, es manifestada en la redes sociales, pues al descubrir las ideas uno se convierte en blanco de los demás.

martes, 29 de marzo de 2022

Dulcinea en la parodia y la ironía del Quijote


P
arodia e ironía son elementos fundamentales de la obra, con los que se recrea el mundo caballeresco existente en la memoria literaria de don Quijote. La parte que corresponde a Dulcinea en construir la parodia, es esencial para el pensamiento y la la memoria de don Quijote, porque, al fin de cuentas, Dulcinea es el más fino retrato de la dama caballeresca. Es lógico entonces que ella viva unicamente dentro de la locura de don Quijote, y de algunos otros personajes que han leído las novelas de caballerías también (los que no se burlan de don Quijote), como por ejemplo Cardenio (DQ I, 32). Es muy importante no perder de vista la ironía y parodia del Quijote: cuando Cervantes dice en el prólogo que la obra no es más que una invectiva contra los libros de caballerías. Eso serviría para la censura, pero todos sabemos que no es así: los libros de caballería son el código de la parodia, que usa Cervantes con tremenda ironía, para hacer de los ideales, el objeto de la parodia.

En este esquema se ve clara la parodia que hay en el Quijote:

La realidad

La parodia, o memoria caballeresca

  • Alonso Quijano

  • Aldonza Lorenzo

  • La Labradora

  • Aldonza es la personificación de lo feo.

  • Aldonza es conocida por don Quijote (al menos por que la ha visto cuatro veces) y, más importante: por Sancho.

  • Don Quijote de la Mancha

  • Dulcinea del Toboso

  • Dulcinea encantada

  • Dulcinea representa todo lo bello

  • Dulcinea no es conocida por don Quijote (que la conoce, como dice, „de oídas‟)

La realidad es lo compartido por todos los personajes, y por el lector, que en la vida real se llamaría la sociedad. Se puede comprobar que todo lo que hace don Quijote, va en contra de la realidad, y lo construye él mismo personalmente de su memoria. Esto es la parodia, o memoria caballeresca que es “ideal”, que va en contra de lo “normal”, y que hace que el Quijote sea una obra cómica. Ese sistema que construyó Cervantes dentro del Quijote es enormemente complejo.

En el caso de Dulcinea encantada (la que se cae del borrico a la entrada de El Toboso), todo el mundo sabe que se trata de una labradora, y también don Quijote la ve como una labradora cualquiera. Cuando se traga la burla de Sancho, que la labradora realmente es Dulcinea, aunque encantada, su visión personal de la realidad se altera para asociar desde ese momento la imagen que tiene de Dulcinea encantada con la labradora, la cual al final hace desaparecer por completo la imagen de Aldonza.

Para comprender la ironía y la parodia, servirá recordar la obra Doctrinal de los cavalleros, de Alonso de Cartagena, manuscrito que explica las leyes básicas de la caballería, que don Quijote, a través de una gran cantidad de libros, toma por verdaderas. Según el doctrinal un caballero debe tener cuatro virtudes:

[…] son cuatro las mayores, así como cordura e fortaleza e mesura e justicia.” Para don Quijote es esencial defender estas virtudes enfrente de todo el mundo, para poder reestablecer el orden de la caballería. Otro detalle interesante es el hecho de que un caballero no pueda ser desmemoriado. Don Quijote tiene una memoria perfecta, así que en este contexto tiene todo el derecho de llamarse caballero andante. El texto dice que los caballeros también deben leer de “los grandes fechos de armas cuando comieren”.

El caballero leyendo las aventuras de otros caballeros, para mejorarse en el oficio de la caballería. Cartagena explica cómo debe tratar el caballero a las dueñas y doncellas “fijasdalgo”. Con este aspecto uno entra dentro del mundo irónico que ha creado Cervantes:

Otrosí el su fablar non sea muy apriesa nin muy a bozes, e que pare mientes siempre en su lengua, e que nunca diga palavras torpes, e señaladamente nunca diga ningund agravio contra alguna dueña nin contra alguna donzella fijadalgo, aunque ella sea contra él, porque ay algunas dellas a las vezes ariscas.”

Don Quijote comete casi todos los errores señalados por Cartagena, sin darse cuenta de ello. Todo lo que dice sobre Dulcinea, lo hace “muy a bozes”, para que todos sepan que está hablando de su doncella, y para convencerles y convencerse de que realmente es muy hermosa, noble y de “buena sangre‟. El caballero necesita “gritar‟ la hermosura de su dama para no afirmar la existencia de Dulcinea fuera de su propia mente. Esta inseguridad está elaborada de manera fenomenal por Cervantes, usando las mujeres existentes que don Quijote va encontrando, y que le hacen cada vez más inseguro sobre su dama. Lo único que respeta don Quijote del doctrinal es el no ofender o decir “ningund agravio contra alguna dueña, […], aunque ella sea contra él, […]‟ Este mandato es mantenido por don Quijote, porque cuando Altisidora le insulta, el caballero, en ningún momento, pierde la compostura hacia ella. Don Quijote, que actúa de forma egoísta en su locura de caballero andante, y que hace todo lo posible, aunque sea una acción negativa, para lograr ese fin.

Normalmente la historia de una novela de caballerías se sitúa en el pasado, en un país lejano, extranjero o desconocido, para aumentar el elemento “fantástico” para los lectores. Dentro del Quijote no se encuentra ninguna de éstas dos características. Don Quijote vive sus aventuras dentro de España, y tampoco se trata de una historia situada en el pasado lejano. Normalmente un caballero andante es de sangre noble (o hijo de algún rey), mientras que don Quijote solo es un hidalgo venido a menos.

Algunos elementos irónicos u opuestos

Libros de Caballerías

Don Quijote

- El caballero debe ser joven

- El caballero es guapo

- El caballero tiene mucha fuerza

- El caballero es de sangre noble

- El caballero llega a ser rey


- El caballero tiene más de cincuenta años

- Don Quijote demasiado viejo para ser guapo

- Don Quijote no tiene tanta fuerza

- Alonso Quijano no lo es

- Don Quijote muere como Alonso el bueno


Se ve claramente que casi todos los opuestos están relacionados con la edad de don Quijote. Es la ironía del Quijote. Esta ironía se encuentra en los episodios en que los demás no logran a entender por qué don Quijote dice algo de cierta manera (muchas veces de forma errada), y nadie sabe qué significa.

Este sistema de la ironía paradójica se puede hallar en cualquier rincón del Quijote: La ironía en el Quijote no es solamente un procedimiento narrativo, sino un estilo; Cervantes es la ironía hecha estilo porque su propia vida le ha enseñado a manejarla, esto es, a decir lo contrario de lo que dice.

La “ironía personal” se puede encontrar en las palabras de don Quijote, cuando habla sobre aventuras de caballeros, y se equivoca con términos o con palabras. Esta ironía es irreal, porque se trata de la expresión de don Quijote, que no está compartida por los demás; los otros personajes contribuyen en esta ironía personal cuando quieren engañar o burlarse de don Quijote, porque lo tendrán que hacer de forma caballeresca.

Ignacio Ferreras (1982) ha destacado los cuatro niveles irónicos (o “mundos‟, según el crítico) que existen dentro del Quijote. Los dos tipos de ironía que acabo de describir caben a lo mejor dentro de lo que Ignacio Ferreras llama el mundo transformado (por don Quijote) y el mundo “real”. Los otros dos, el mundo fingido por otros y el mundo voluntario (construido por el personaje mismo). En mi opinión se podría juntar el mundo transformado y el mundo fingido por otros, porque el segundo no puede existir sin el primero. Además creo que el mundo transformado es esencial para entender la ironía y parodia que existe en la figura de Dulcinea; lo que llamé el aspecto irónico irreal.

Sorprende que casi nunca se mencione que El Toboso en el tiempo de Cervantes era un pueblo lleno de conversos y moriscos, y que de esto se sirvió para la parodia, y el elemento satírico que tiene el amor idealizado de don Quijote por Dulcinea. Tener una doncella es lo más importante para don Quijote, sea cristiana vieja o conversa. Esto es un tema esencial para comprender la relación paródica que existe entre ambos personajes, y la parodia constante que se crea con este dato (Fue Américo Castro quien afirmó en los años sesenta sobre el origen morisco de Dulcinea, visualizada a lomos de su borrico de tareas agrícolas propias de los últimos musulmanes).

Nunca se podrá probar que Dulcinea es morisca o no, simplemente porque ella sólo existe en la locura de don Quijote. Lo que si se puede afirmar es que causó la risa entre los lectores en la época de Cervantes, porque todo el mundo sabía que El Toboso estaba lleno de conversos y sobre todo de moriscos. Imaginemos así, el efecto cómico que tenía una frase como:

Dulcinea es principal y bien nacida y de los hidalgos linajes que hay en el Toboso, que son muchos, antiguos y buenos.” (DQ II, 32).

Estos rasgos cómicos se pierden con el tiempo, cubiertos por otros hechos históricos. La ausencia de “linajes hidalgos‟ en El Toboso también está confirmado por Rodríguez Marín, en su edición crítica de 1928:

¿Había linajes hidalgos en el Toboso por el tiempo a que puede referirse la acción del Quijote? No ciertamente. Los continuadores de Clemencín recordaron que por unas Relaciones topográficas que se conservan en la Biblioteca escurialense consta que a cierto interrogatorio hecho por orden de Felipe II en el año de 1576, los vecinos del Toboso respondieron que la mayor parte de la población era de moriscos y que no había nobles, caballeros, ni hidalgos. Son todos labradores -decían- si no es el doctor Zarco de Morales, que goza de las libertades que gozan los hijos-dalgo, por ser graduado en el Colegio de los Españoles en Bolonia, en Italia. (Apud Luis Torres, 2003)

Otro momento interesante con respecto a Dulcinea como morisca ocurre cuando don Quijote hace su penitencia:

Porque mi Dulcinea del Toboso osaré jurar que no ha visto en todos los días de su vida moro alguno, ansí como él es, en su mismo traje, y que se está hoy como la madre que la parió.” (DQ I, XXVI)

Es casi como si lo sintiera absolutamente necesario defenderse ante la posibilidad que Dulcinea podría ser morisca. Sin embargo, es una frase significante para la ironía, porque sugiere que Dulcinea (nacido en el Toboso, lugar lleno de moriscos) ni sabe de la existencia de moriscos en España; y lo que aumenta la risa aún más es lo que dice en final: “[…] que se está hoy como la madre que le parió.”, adición tan vulgar en la que no se puede encontrar ni el nivel más bajo de cortesía para la dama de sus “altos pensamientos‟, que es verdaderamente hilarante. Aquí don Quijote se muestra como noble en combinación con lo vulgar, y de esta contradicción surge el aspecto irónico. Otro lugar en que se menciona la falta de sangre noble de Dulcinea se encuentra en el episodio del interrogatorio de la duquesa:

[…] Dulcinea es hija de sus obras, y […] las virtudes adoban la sangre […]” (DQ II, 32)

Las virtudes que la otorga don Quijote vienen de su memoria literaria, con la cual puede convertir morisca en hidalga o alta dama, según quisiera.

Sánchez (1988: 19) dice sobre el aspecto de los moriscos en El Toboso:

[…], se ha considerado que hay una sátira encubierta contra los vecinos del Toboso, moriscos en su mayoría a finales del siglo xvi. Por eso Dulcinea no ha visto «moro alguno, ansí como él es. en su mismo traje», ya que los habría visto con trajes a la manera cristiana, por obligación legal en el momento.”

Otro ejemplo a la posibilidad de Dulcinea como morisca surge cuando don Quijote pregunta a Sancho cómo reaccionó Dulcinea cuando había recibido la carta:

[…] cuando llegaste junto a ella, ¿no sentiste un olor sabeo, una fragancia aromática […]” (DQ I, 31)

Este sabeo, como anota Martín de Riquer (2003:330) era de Sabá, región de Arabia famosa por su incienso. Vemos que existen muchas sutiles referencias sobre la posibilidad de Dulcinea como morisca.

Uno de los pasajes más cómicos tiene que ver con el tema de la hermosura de Dulcinea y las metáforas que utiliza don Quijote para “mostrárla‟ al mundo. Es un aspecto muy importante para la ironía como también para la memoria literaria del caballero. Nos referimos al capítulo XI de la Segundo Parte. Sancho se equivoca en una metáfora, y dice que Dulcinea tiene “ojos de perlas‟. Don Quijote le irrita mucho, oír a su escudero usar la metáfora para una parte del cuerpo equivocada, y reprocha a Sancho por su descuido metafórico:

Mas, con todo esto, he caído, Sancho, en una cosa, y es que me pintaste mal su hermosura; porque, si mal no me acuerdo, dijiste que tenía los ojos de perlas, y los ojos que parecen antes son de besugo que de dama; y a lo que yo creo, los de Dulcinea deben ser de verdes esmeraldas, rasgados, con dos celestiales arcos que les sirven de cejas; y esas perlas quítalas de los ojos y pásalas a los dientes; que sin duda te trocaste, Sancho, tomando los ojos por los dientes.”(DQ II, 11).

Aunque está haciendo su amonestación a Sancho, él mismo comete los errores literarias que hemos señalado anteriormente, haciendo surgir la ironía. Las metáforas que usa don Quijote aquí le sirven para mostrar su punto de vista de la hermosura real (según él) de Dulcinea: no es que Dulcinea tenga cejas, tiene algo mucho más bello: “[…] dos celestiales arcos […]” y la realidad Quijotesca lo lleva a un plano aún más lejos, porque los celestiales arcos les sirven de cejas. Los ojos no son “como‟ verde esmeraldas; lo son. Esto es justamente el mundo transformado en que vive don Quijote. Se podría decir que Dulcinea es la dama literaria hecha carne en la memoria de don Quijote:

[…] bástame a mí pensar y creer que la buena de Aldonza Lorenzo es hermosa y honesta; y en lo del linaje importa poco, que no han de ir a hacer la información de él para darle algún hábito, y yo me hago cuenta que es la más alta princesa del mundo. […] y píntola en mi imaginación como la deseo, así en la belleza como en la principalidad […] (DQ I, 25).

 

Bibliografía:

- Avalle-Arce, Juan (2002) Nuevos deslindes cervantinos. (BVC)

- Egido, Aurora (1991) La memoria y el Quijote. (BVC)

- Ignacio Ferreras, Juan (1982) La estructura paródica del Quijote. (Taurus) 

- Márquez Villanueva, Francisco (1975) Personajes y temas en el Quijote. (BVC)

- Riquer, Martín de (1967) Caballeros andantes españoles (Austral)

- Rodriguez-Luís, Julio (1966) Dulcinea a través de los dos Quijotes. (BVC)



No hay comentarios:

Publicar un comentario