En el prólogo de “Rebelión en la granja”, George Orwell escribía una frase digna de ser cincelada en el mármol: “si la libertad significa algo será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír”.

Cuando la leí por primera vez, pensé que tal frase podría ser un magnífico lema vital; y, siempre consideré siguiendo a Orwell que la misión de todo el que escribe no es halagar a nadie, sino desnudarse y más bien aguijonear al lector, incomodarlo, llegando incluso a molestar por escribir sobre cuestiones espinosas o sobre asuntos controvertidos. Hoy ya sé que esto es una empresa inútil y quimérica; y que, como todas las empresas inútiles y quiméricas, solo engendra a la postre melancolía. Esta melancolía se eleva exponencialmente cuando esa libertad, es manifestada en la redes sociales, pues al descubrir las ideas uno se convierte en blanco de los demás.

viernes, 25 de septiembre de 2020

Historia verdadera de la conquista de la Nueva España

Hace unos días me tropecé con una joya, de esas que en un principio no parecen serlo, pero al final te sorprenden. Me ha hecho pasar unos ratos muy agradables, así como, en palabras del autor, comprobar “¡qué cansado es conquistar!", que todas la épocas tienen sus cosas.

Entre 1519 y 1521 Hernán Cortés, figura histórica prohibida institucionalmente en México por la ignorancia y el interés de sus gobernantes, al frente de un escaso grupo de soldados, 558 exactamente, lleva a cabo la conquista de México, una de las epopeyas más importantes de la presencia española en el Nuevo Mundo. Sobre este acontecimiento contamos con varios testimonios, tanto de cronistas españoles como de los autores de códices y relaciones indígenas.


Ninguno, sin embargo, tan apasionante, directo y de fácil lectura como “La historia verdadera de la conquista de la Nueva España”, de Bernal Díaz del Castillo, un simple soldado de infantería que pide perdón por no ser un intelectual y atreverse a escribir, y que lo hace porque no le gusta lo que ha leído de los cronistas oficiales, Gomara, Illescas y Jovío.

Es como la figura del reportero empotrado en el combate, esclavizado por la fidelidad, diciendo con honradez y genio literario lo que sabe, vindicando la potencia de la intervención anónima, sin destacar la figura del jefe, como hacían los cronistas de la época, con detalles muy minuciosos de la conquista, como cuando habla de los caballos, sólo dieciséis, nombrando a todos por su nombre; o cuando relata la proeza de Diego de Ordaz, primer europeo que subió a la cumbre de un volcán en erupción, que lo hizo por una discusión muy española, de esas que te dicen “a que no tienes guevos” y no te queda más remedio que demostrar que sí, que el soldado español los tiene, y al demostrarlo resulta que Carlos V, cuando se enteró lo consideró una gran hazaña y le concedió un escudo de armas con el volcán.

El autor participó en la conquista a las órdenes de Alvarado, protagonista del famoso “salto de Alvarado”, precedente del salto con pértiga, cuando estando rodeado de enemigos en la huida de Tenochtitlan, apoyó su lanza en el suelo y saltó por encima de ellos.

No se publicó su historia hasta cumplidos los 84 años, después de corregir pacientemente sus recuerdos durante treinta años, y como he dicho, lo hizo porque ninguna de las crónicas que había leído le pareció fidedigna de la conquista. La verdad contada desde la base con sencillez y belleza.

Es, sin duda, uno de los relatos más apasionantes e increíbles sobre el encuentro entre dos mundos y dos culturas: la española y la americana. De ahí las numerosas ediciones que la obra de Bernal ha tenido en las más diversas lenguas.

Este libro lo tenéis en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Sin confirmar ni desmentir nada, sobre la autoría de este libro que supuestamentelo escribe un soldado de Cortés llamado Bernal Díaz del Castillo. El historiador francés Duverger lo ha investigado y ha "descubierto" que este tal soldado no aparece por ninguna parte en las crónicas de Cortés. Duverger lanza la teoría de que quien realmente escribió la Historia de Nueva España fue el mismo Cortés. Es una teoría fascinante para los "supuestos" intereses de la historia, que parece un apéndice de la "Leyenda Negra". Una duda tan poco razonable como que la Biblioteca Nacional de París, por solo este estudio y sin confirmar en otras esferas académicas, le ha quitado el nombre de Bernal Díaz del Castillo al libro y le ha puesto el de Hernán Cortés. Son los mismos franceses que tanto envidiaron la Historia de España, de los que se dicen que nos trajeron la libertad, pero que nosotros, por ellos, sufrimos el expolio de nuestro arte y absolutismo borbónico.



4 comentarios:

  1. Pepe muy interesante. Hoy me acuesto sabiendo algo más. Gracias por enriquecernos con tus articulos.

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  2. Pepe, qué casualidad... sobre ese libro tengo que hacer un trabajo universitario que forma parte del examen de la asginatura "Historia de América Moderna". Ya te pasaré una copia a primeros de enero...

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  3. Gracias a ti Joaquín, me siento muy satisfecho de que una persona como tú pierda el tiempo distraído en mi mundo. El próximo día que nos veamos, ración doble.
    Y a Mariano, triple. Además de ser el alma del grupo, el rey de Las Alpujarras, el heredero de las tierras de Abén Aboo, el monfí de las causas justas, me interesa mucho su punto de vista histórico, así que ya estoy deseando recibir ese trabajo (que sepas que en mi equipo tengo una carpeta que he titulado "Mariano", y no digo más... Solo que "siempre nos quedará Montenegro"

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  4. ...esta página recuerdo haberla leído tiempo ha pero es ahora para cuando, por mor de viajes y momentos, parecía destinada. Pongo a Diego de Ordaz en mi mapa personal al rematar estos tres dias junto al volcán de Fogo...a veces pienso si mi tiempo hubiera sido más bien de aquellos siglos...
    MUCHAS gracias, Pepe, por este envío.

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